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viernes, 19 de julio de 2013

Memoria


Memoria…





 Estas palabras fueron antes memoria, antes fueron sucesos. Palabras que nadie podría pronunciar, desmemoria, sucesos perdidos para siempre si una mujer Nakín no se hubiese ofrendado.
El  Clan de los Búhos le otorgó un destino: debía resguardar para los hombres todos los aconteceres de un tiempo que ya era antiguo cuando transcurría. Ella obedeció.  Se sentó frente a los códices sagrados.
Sin cerrar nunca los ojos, repitió la misma cosa durante muchos días, muchos años. Y solo esas palabras le importaron. Pero luego comprendió que no bastaba con obstinarse en retener sucesiones idénticas . Comprendió que en la línea recta se fatigaba la memoria. Entonces, siguió el camino de la línea que se tuerce y retuerce; porque el trazo circular es más propicio para el recuerdo.
Cuando tampoco fue bastante, Nakín buscó el favor de la música. Y es que la música dispone de inmensidad. Más que el desierto y el horizonte.
Pero nuevos nombres y cifras se añadían. Crecía su cansancio. 
Agitada, transformada en rumores sin sentido, Nakín trazó dibujos en su memoria. Una bandera para el número veinte. Para el número diez, media bandera. El cuatrocientos fue una pluma, el ocho mil fue una balsa. De ese modo, Nakín de los Búhos retuvo las edades y los años; todos los números del pasado
Sin embargo, tampoco así fue suficiente. Ya sin espacio por dentro, lívida por fuera, Nakín pidio ayuda a los colores. Confió en ellos. Negro y rojo para la sabiduría, azul para la realeza, amarillo para el rumbo de las mujeres.
Al fin, Nakín de los Búhos cayó hasta el fondo de su fatiga. Cerró los ojos, cubrió con sus manos los signos de los códices. Y dejó escapar por la boca entreabierta cada uno de los recuerdos que guardaba. Creyó, sin clemencia por sí misma, que era debil y apocada en su alma.
La mujer abrió los ojos para llorar. Entonces, vio a través de sus lágrimas. Y aprendió por el llanto que la memoria solo perdura si se reinventa...
 Liliana Bodoc. Los días del fuego. 


I




XVII



II



XVII



XVIII




XXXI



XVIII



III




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IV



XX



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XII




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                                                                                XIII



XXIV



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XVI










sábado, 11 de mayo de 2013

Historias


  



" Y los días se echaron a caminar. Y ellos, los días, nos hicieron. Y así fuimos nacidos nosotros, los hijos de los días, los averiguadores, los buscadores de la vida. Y si nosotros somos hijos de lo días, nada tiene de raro que de cada día brote una historia. Porque los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historas. Y ahora les voy a contar algunas de esas historias nacidas de los días..."
                                                                                                                          Eduardo Galeano.

                                                                                   I





                                                                                 II




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VII



VIII



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VII



VIII



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XVI



XV







X



X



XVII



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XIX



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XVII



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XXIV



X



XX



XXIV



XXI



XXII



XXIII



XXV



XXIII



XXI